Gail Kastner y el Dr. Shock

10 febrero 09

Esta es una de esas historias que uno cree que sólo puede encontrarse en una película o en una partida de Kult. Desgraciadamente, no es el caso. Debo comenzar avisando a mis lectores más sensibles que hoy os voy a contar algo horrible.

La periodista Naomi Klein, en su impactante libro La doctrina del Shock, nos narra su entrevista con Gail Kastner, una de las víctimas del doctor Ewen Cameron, también conocido como el Dr. Shock.

Gail Kastner era incapaz de recordar casi nada de lo que le había sucedido antes de los 20 años. También era incapaz de comprender porque una chispa eléctrica le producía un ataque de pánico incontrolable o porqué le temblaban las manos cada vez que quería enchufar el secador de pelo.

Gail Kastner sabía que, de joven, había sufrido depresiones, había sido adicta a medicamentos y había llegado a sufrir crisis nerviosas tan fuertes que había terminado en coma en un hospital.

Su hermana gemela le había hablado de un tiempo, inmediatamente anterior a todo esto, en el que había tenido que cuidarla. Gail Kastner se orinaba en cualquier lugar, se chupaba el dedo y trataba de quitarle el biberón a su sobrino. Ella no recordaba nada de esta etapa. Ni de nadaanterior.

Ignorante de su pasado, e incapaz de hablar con una familia que le había dado la espalda, se pasó años sin comprender nada o suponiendo que se trataba de una serie de enfermedades mentales que, desgraciadamente, ella padecía como se puede padecer cualquier enfermedad.

Un día, se encontró con una noticia de periódico que le dio una pista sobre lo que podría haberle pasado. En la noticia se hablaba de personas que habían sufrido una investigación pagada por la CIA y realizada por un médico de Montreal. Las víctimas del experimento sufrían unos síntomas muy similares a los suyos.

Con esta pista, Gail Kastner empezó una lucha por recuperar su pasado. Y leyendo informes del Allan Memorial Institute, Gail Kastner se encontró con textos que hablaban de ella en circunstancias que había vivido pero era incapaz de recordar. Debe ser muy extraño leer sobre uno mismo como si fuera otra persona.

Eran los años cincuenta. Gail Kastner, con 18 años es una estudiante de enfermería con un curriculum prometedor, pero una serie de crisis de ansiedad la hicieron acudir al Allan Memorial Institute.

En el Allan Memorial Institute trabajaba el dr Ewen Cameron, una eminencia tan prestigiosa que incluso había participado como asesor en los juicios de Nuremberg. El propio Cameron escribirá sobre su primera entrevista con Kastner que se trata de una chica «razonablemente bien equilibrada» que sufre ataques psicológicos por parte de un padre demasiado autoritario.

¿Por qué un psiquiatra de fama internacional se interesa por una paciente con un cuadro sumamente habitual? En realidad, el caso de Kastner no era extraño. Revisando los pacientes que solía tratar el Dr Cameron nos encontraremos con infinidad de problemas menores como  depresiones post-parto o crisis de ansiedad como las sufridas por Gail Kastner.

¿Por qué buscaba el Dr. Cameron pacientes relativamente sanos? porque, en realidad, el objetivo de sus técnicas no eran las personas enfermas, sino las personas sanas. El Dr. Cameron estaba buscando la forma de producir un lavado de cerebro.

Eran los tiempos más paranoicos de la Guerra Fría, y los juicios de Stalin en los que se veían a tantas personas autoinculpándose hicieron creer a la CIA que la URSS había desarrollado un método de lavado de cerebros. En realidad, el sistema que estaban empleando los soviéticos era mucho más efectivo, más antiguo y más simple. Torturaban y amenazaban a la familia de sus víctimas hasta que estas se veían obligadas a aceptar lo que se les pidiera.

El Dr. Cameron creía que podía destruir totalmente la psicología de sus pacientes, creando una mente vacía sobre la que poder construir una mentalidad sana. Estas afirmaciones llamaron la atención de la CIA que, bajo el pretexto de intentar desarrollar maneras de entrenar a sus espías para resistir lavados de cerebro, en realidad lo que querían era tener un método que poder utilizar.

Kastner entró en el Allan Memorial Institute con síntomas de ansiedad y siendo descrita como una persona «alegre, sociable y simpática». Apenas unas semanas recibiendo el tratamiento del Dr Cameron escribirían de ella que muestra «un comportamiento infantil, expresaba ideas extrañas y aparentemente estaba en estado de alucinación y era destructiva.» Esta chica, que sacaba buenas notas, se mostraba ahora incapaz de contar hasta seis. Después se volvió «manipuladora, hostil y muy agresiva». Más tarde «pasiva y apática, incapaz de reconocer a los miembros de su familia». Finalmente, fue diagnosticada con «esquizofrenia» y «con claros rasgos histéricos». Un cuadro muy distinto de los «ataques de ansiedad» con los que entró.

Los informes nos cuentan que, varias veces, Kastner intentó huir del hospital y que afirmaba que el tratamiento era «erróneo y nocivo», sin que nadie le hiciera el más mínimo caso.

Para destruir la mente de sus pacientes, el Dr Cameron confiaba en los electroshócks, una herramienta que ya entonces empezaba a sembrar dudas, entre otros motivos porque se probó que provocaba pérdidas masivas de memoria (como la que sufre Kastner, incapaz de recordar nada de su infancia). Pero, precisamente, eso es lo que buscaba el Dr Cameron. Que el paciente olvidara aquellas cosas que habían creado su enferemdad mental. Es por ello que en el Allan Memorial Institute se aplicaban hasta ocho veces más electroshócks de los considerados por entonces como aceptables.

Pero los pacientes del Dr Cameron seguían aferrándose a sus personalidades, así que el Dr Cameron empezó a investigar como funcionan los mecanismos de defensa psicológica ante la tortura (aunque él jamás utilizó esta palabra). Llegó a la conclusión de que, para destruir sus defensas, era vital desorientar a sus víctimas, y para ello recurrió a cócteles de drogas que mezclaban alucinógenos, con antidepresivos, ansiolíticos… Kastner fue sometida a varios comas inducidos y se pasó días enteras bajo efectos de distintas drogas. Para intentar reconstruir una mentalidad sana en sus pacientes, el Dr Cameron utilizaba métodos tan infantiles como obligarles a escuchar mensajes del tipo «usted es una buena persona». Al menos en una ocasión, el Dr Cameron obligó a un paciente a escuchar una cinta durante 101 días consecutivos.

Antes de contactar con el Dr Cameron, la CIA había experimentado con la privación sensorial, encerrando a voluntarios en habitaciones sin ningún estímulo sensorial. Apesar del dinero que cobraban los voluntarios, nadie aguantó esta situación durante más de dos días. El Dr Cameron sometió a sus víctimas a experimentos de privación sensorial que, al menos en una ocasión, duró hasta 35 días.

Los supervivientes de largos encierros y/o de torturas, suelen hablar de lo importante que son aquellas cosas que les atan al mundo. Que les recuerda que más allá del infierno, puede existir la felicidad. Es como el famoso Romance del Prisionero en el que un prisionero medieval nos canta: «que ni sé cuándo es de día / ni cuándo las noches son, /sino por una avecilla /que me cantaba el albor. /Matómela un ballestero; /déle Dios mal galardón.»


El Dr Cameron identificó esta ligadura como el último el último cabo al que se aferra la personalidad de su víctima. Y consideró que había que destruirlo para aniquilar su mentalidad.

El personal sanitario tenía prohibido hablar en presencia de las víctimas. La comida se servía de manera aleatoria. A veces, las víctimas eran inmovilizadas y se les colocaba cascos con música o sonidos estridentes como alarmas o llantos de bebé. Los demás sentidos también eran inutilizados, los ojos eran vendados, los dedos de las manos eran envueltos en cartón. Esta situación podía prolongarse durante días.

En otras ocasiones, por medio de drogas, el Dr Cameron sometía a sus pacientes a largos periodos de duermevela, en una especie de ensoñación constante que solía durar de quince a treinta días, aunque alguna víctima llegó a alcanzar los sesenta y cinco días. A veces, el Dr Cameron suministraba pequeñas dosis de curare, provocando una paralisis física que convertía a sus víctimas en prisioneras dentro de su propio cuerpo.

Los trabajos del Dr Cameron fueron financiados por la CIA hasta 1961. No fue hasta los años ochenta que la agencia se vería obligada a reconocer lo que, según un psicólogo de la agencia había sido «un terrible error». Los archivos sobre estas investigaciones fueron destruidos antes de ser alcanzados por ningún juez. Aún así, la CIA ha tenido que pagar la indemnización más alta de su historia a varias de las víctimas de este experimento.

Ewen Cameron murió en 1967 sin que nadie le echara en cara, jamás, que sus experimentos sólo sirvieran para destruir la vida de sus pacientes.

Gail Kastner vive postrada en una butaca que puede adoptar infinidad de posiciones, incapaz de mantenerse mucho tiempo en la misma postura a causa de una multitud de lesiones en su esqueleto. Lesiones provocadas por los electroshócks y agravados por la edad. Su cerebro es incapaz de manejar de forma eficiente sus recuerdos, así que como los personajes de 100 años de soledad que iban perdiendo la memoria, Kastner vive rodeada de notas con las que intenta auxiliar a su deficiente memoria.

Todavía tiene pesadillas que ella define como «sueños eléctricos».

El Dr Cameron quería destruir la personalidad del paciente para poder construir otra desde cero. La segunda parte fue desastrosa, pero la primera se demostró como muy eficaz. Las técnicas de desorientación y de privación sensorial desarrolladas por Cameron coinciden con los relatos de las víctimas de los interrogatorios estaedounidenses Irak, Afganistán y Guantánamo. Parece que la CIA no encontró del todo inutil su inversión.


Mana, un experimento contra los poderosos

1 febrero 09

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«no habrá ninguna mezcla de blancos: todos serán negros; los jefes negros.» Anne-Marie Jahouhey.

Durante diez años (1836-1846) 477 personas de origen africano y una religiosa francesa demostraron que los esclavos podían convertirse en hombres libres y ganar su subsistencia al mismo nivel que los blancos. Los periódicos en manos de los esclavistas definieron este experimento como una utopía, una quimera y ante las evidencias, opusieron mordacidad. Casi dos siglos después, el experimento de Mana puede mostrarnos claramente como un experimento exitoso puede parecer fracasado si atenta contra aquellos que controlan los medios de comunicación.

La madre Anne-Marie Javouhey consiguió el 18 de septiembre de 1835 la autorización necesaria para iniciar un gran experimento social con un grupo de exclavos manumitidos en la Guayana Francesa. Era un experimento en que el gobierno francés estaba muy interesado, ya que tras prohibir la trata, quería ir prohibiendo la esclavitud poco a poco y necesitaba desmontar los argumentos de los esclavistas.

Javouhey se basó para su proyecto en las reduciones jesuíticas del Paraguay. El que haya visto la fabulosa película La Misión comprenderá en que consistían… y cual era su debilidad. Los indígenas estaban ahí para ser salvados, todos los cargos importantes eran ocupados por generosos hombres blancos benevolentes que creían saber que era lo mejor para los guaraníes. Javouhey introducirá la importante novedad de permitir que los negros se administraran a sí mismos. Era fundamental este hecho para demostrar la falsedad de la propaganda esclavista, que afirmaba que los negros no podían valerse sin la «protección» del hombre blanco.

La aldea de Mana contó con una crónica falta de financiación, que en gran parte pudo suplirse con las ayudas de la Sociedad Abolicionista Británica y de personajes individuales de la metropoli francesa, interesados por el fin de la esclavitud. Apesar de la poca finaciación y de los vaticinios de los esclavistas, la aldea consiguió su autosuficiencia y, lo que era más importante, no generó ningún problema a sus vecinos que, sin embargo, les percibían como una amenaza a toda su forma de vida.

Los habitantes blancos de la Guayana odiaban por motivos evidentes a la madre Javouhey. Y la tensión alcanzó techo en 1841 cuando presentó al gobierno de París un proyecto para comprar, forzosamente, todos los hijos de los esclavos de la Guayana con la intención de criarles en libertad en su aldea.

Pero los esclavistas pasaron a la ofensiva. La aldea de Mana producía suficiente maiz, mandioca y plátanos para alimentar a su población, pero ni rastro de café, bija o girasol que se producían en las plantaciones esclavistas. Basándose en este dato, consiguieron difundir la falsa sensación de que el sistema de Mana no era productivo. Al fin y al cabo, si alimentas a tus esclavos con lo mínimo imprescindible para sobrevivir, te queda mucha tierra que puedes dedicar a productos de exportación, pero si permites que estos cultiven lo que quieran lo primero que van a hacer es alimentarse en condiciones.

Y, en el fondo, lo que la metropoli quería era que le llegara un café barato.

Debido a esto, en 1847 la madre Javouhey fue desplazada y el Ministerio de Marina y Colonias colocará al mando a su gente y desplazará a los jefes negros, con desastrosos resultados.

Apesar de que los nuevos gestores forzaron el cultivo de productos de exportación, los gastos que generaba la comunidad (y que antes era autosuficiente) crecieron exponencialmente. La revolución de 1848 conllevó la definitiva prohibición de la esclavitud, pero esto no trajo ningún alivio a la colonia de Mana ahora gestionada por blancos que fueron cerrando aquellas cosas que resultaban «deficitarias» como su hospital, su colegio y su guardería infantil.

El mazazo definitivo a «la excepción» de Mana se produjo cuando se decide crear una colonia de presidiarios en la Guayana (experimento que ya se había intentado varias veces). Se quería alejar a los presidiarios de los decentes colonos de la Guayana, con tantos derechos como los franceses de la metrópoli, pero, como diría un ministro referiéndose a Mana «No hay propietarios colonos con los que tratar, y la presencia de 700 a 800 negros que pueblan esta localidad  se convierte, desde el punto de vista de la creación de un taller de deportados en una ventaja en lugar de un inconveniente.»

La nueva Francia había prohibido la esclavitud, pero seguía considerando que los esclavos necesitaban la protección de los sabios hombres blancos. El experimento de Mana demostraba lo contrario pero, como es habitual cuando se muestra una evidencia que no conviene a los poderosos, en seguida quedó olvidado.

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Algunas cifras sobre la «trata de negros»

6 noviembre 08

El comercio de esclavos africanos no sólo fue un acto de crueldad extrema en sí mismo, si no que además, produjo grandes males en las regiones afectadas.

Las personas raptadas eran transportadas a grandes barcos y nunca jamás volvía a saberse de ellos. Esto despertó un terror supersticioso entre los nativos que en su pugna por por mantener la libertad o por arrebatársela al vecino llevaron al continente a un estado de caos sin precedentes. Podríamos decir, que todavía no ha sido resuelto. Vigorosas sociedades y civilizaciones incipientes fueron arrastradas a una destrucción prematura y todo el continente vivió un gran retroceso tanto en nivel de vida como en fuerza civilizadora.

Naturalmente, la esclavitud ya existía desde mucho antes, tanto en Europa como en África, pero se trataba de una esclavitud doméstica, con poca repercusión económica. Apartir del sIX, los árabes del norte y el este de África empiezan a comprar esclavos, dando pie al surgimiento de los primeros estados esclavistas en lugares como el Valle del Níger, el Sudán, el Cuerno de África o en el extremo sur del Sahara (Songhai).

Era la esclavitud que buscaban los árabes distina a la que querrían luego los europeos. Las mujeres eran más apreciadas que los varones, y generalmente los esclavos no eran destinados a trabajos extenunantes (con excepciones). En cualquier caso, la esclavitud anterior al gran comercio atlántico no tuvo las repercusiones que esta tendría sobre los estados subsaharianos.

La cifra de esclavos comprados por los árabes no empezaría a reducirse hasta bien entrado del sXIX, pero apartir del sXVI los europeos superarían su importancia como clientes. El dudoso honor de iniciar este comercio lo tiene Portugal, que ya en 1444 realizó su primer cargamento. La colonia portuguesa en Santo Tomé se convertiría, a su vez, en la primera gran economía de plantación de caña de azucar basada principalmente en el trabajo esclavo.

Los primeros colonos españoles y portugueses en el continente americano se encontraron con serias dificultades a la hora de esclavizar a los nativos. Tanto por motivos legales como, simplemente, porque fueron exterminados en gran medida. Como lo que no iban a hacer era ponerse a trabajar, decidieron comprar esclavos procedentes de allí donde se vendían tradicionalmente, África.

Fue el inicio de la que, seguramente, haya sido la mayor tragedia sufrida por este continente… Y ya es decir.
Es muy complicado establecer cifras fiables sobre la trata de esclavos africanos. Pocas veces hay documentación apropiada, y cuando la hay no tiene en cuenta el contrabando que, sabemos, llegó a ser muy importante. Basándose en distintos estudios, Marc Ferro hace las siguientes hipótesis:

*Esclavos comprados por los árabes antes de la llegada de los europeos: entre 3,5 y 10 millones.

*Esclavos deportados por los franceses: no inferior a 1.200.000

*Esclavos deportados por los ingleses: cifra muy superior a 4.000.000

*Trata portuguesa: 2.250.000

Esclavos deportados durante:

*sXVI

Por los árabes: 900.000

por los europeos: 900.000

*sXVII

Por los árabes: 700.000

por los europeos: 1.800.000

*sXVII

Por los árabes: 700.000

por los europeos: 6.100.000

*sXIX

Por los árabes: 1.800.000

por los europeos: 3.300.000

*Total sXVI-sXIX

Por los árabes: 4.100.000

por los europeos: 12.100.000

DESTINOS:

colonias españolas en América: 1.600.000

Brasil: 4.000.000

Caribe británico, francés, holandés y danés: 3.700.00

EEUU: 500.000

Mortalidad aproximada de los esclavos durante el traslado: como mínimo más optimista, un 10%

UNA NOTA SOBRE LA ESCLAVITUD EN EEUU

Es importante señalar las diferencias de trato en unos lugares y en otros. Por ejemplo, en 1860 la población de origen africano en los EEUU rondaba los 3.000.000, seis veces superior al número de africanos que habían sido transportados. En cambio, en Jamaica, la población esclava era dos veces menor que la cantidad de africanos trasladados a la isla.

Esto es así porque en EEUU en general, el trato recibido por los esclavos fue algo menos brutal que en el área del Caribe. Y (para los amantes de las teorías raciales en que, supuestamente, algunos pueblos europeos hicieron mejores colonialismos que otros) al hablar del área del Caribe estamos incluyendo las posesiones españolas (Cuba, Santo Domingo), las francesas (Haití), las portuguesas (Brasil), las holandesas (Curaçao) y las británicas (Jamaica)

El hecho de que los esclavos fueran mejor tratados en EEUU que en el área del Caribe no se debe tampoco a la bondad intrínseca de estos, sino a otros factores. Generalmente, las explotaciones norteamericanas eran mucho más pequeñas que las grandes plantaciones antillanas y, al contrario que sus homólogos coloniales, los propietarios de esclavos estadounidenses solían vivir en la misma explotación, cerca de sus esclavos. Por otra parte, las plantaciones coloniales solían ser atendidos por grupos de cincuenta o más esclavos, mientras que en EEUU lo normal era que un propietario no tuviera más de cinco.

Si convives con tus esclavos, no es buena idea llevarles a tal grado de desesperación que no les importe las consecuencias de cortarte el cuello por la noche. Además, si sólo tienes cinco esclavos, sale más caro maltratar físicamente a uno de ellos hasta el punto de que no pueda trabajar al día siguiente.

Tampoco debemos olvidar que los jóvenes señores estadounidenses crecían y jugaban con los hijos de los esclavos de sus padres, que un día serían de su propiedad. En EEUU se creó un paternalismo inédito en el resto del área esclavista en el que los propietarios se veían a sí mismos como patrones benevolentes que buscaban elevar el nivel espiritual de sus esclavos.

Probablemente, a todo esto se debe que en el Caribe hayan pervivido tantos rasgos culturales africanos y en EEUU no.

Por último, breve cronología de la abolición de la esclavitud:

1772: en el Reino Unido un juez proclama la libertad de un esclavo que había huído. Apartir de entonces se considera (aunque muchas veces no se cumpla) que todo esclavo que pise las islas británicas es automáticamente libre.

1788: Se funda un Comité para la abolición del comercio de esclavos en el Reino Unido. Un grupo de esclavos liberados por los británicos se establecen en Sierra Leona.

1788: Se funda en París la Sociedad de Amigos de los Negros

1791: Insurrección de los esclavos de Santo Domingo

1792: Dinamarca prohibe el tráfico de esclavos.

1793: la Convención decreta la abolición de la esclavitud en Francia y sus colonias.

1802: Napoleón Bonaparte reestablece la esclavitud

1807: El Reino Unido prohibe la trata.

1808: EEUU prohibe la trata.

1812: La Constitución de Cádiz otorga a los mulatos de las colonias españolas los mismos derechos civiles que al resto de ciudadanos, pero les niega el derecho al voto.

1815: Tratado de Viena. Se firman acuerdos para abolir la trata.

1817: Francia prohibe la trata.

1833: Queda abolida la esclavitud en todas las colonias británicas.

1848: Queda abolida la esclavitud en todas las colonias francesas.

1851: Queda abolida la esclavitud en Venezuela.

1853: Queda abolida la esclavitud en Argentina (donde nunca fue importante, por otra parte).

1857: El Imperio Otomano prohibe la trata.

1863: Holanda prohibe la esclavitud en sus territorios y colonias.

1865: Finaliza la Guerra de Secesión Estadounidense, la esclavitud queda abolida en todo el pais.

1867: España prohibe la trata.

1870: España prohibe la esclavitud en Puerto Rico.

1880: España prohibe, teóricamente, la esclavitud en Cuba pero se mantiene bajo una trampa legal a la que se denomina «patronato».

1886: España prohibe definitivamente el «patronato», con esto queda suprimida la esclavitud en España y sus colonias.

1888: Brasil prohibe la esclavitud.


Joseph Smith y sus mormones

18 octubre 08

(Está entrada está dedicada a tí, tú sabes quien eres 🙂

Yo estoy pensando en convertirme. El mormonismo lo tiene todo, todo lo de la biblia (pasión, lujuria, crimen…) junto a un libro enterito más repleto de grandes epopeyas y milagros por todas partes. Además ¿cuantas religiones te prometen un mundo para ti solo en el que puedas ser Dios??? anda que no mola.

He seguido el consejo de la web oficiles de los mormones y he meditado pidiéndole a Dios que me diga si los mormones están en la Verdad o no. Pero debe de haber mucha gente haciéndose la misma pregunta y las líneas deben estar colapsadas, porque no me salió nada. Apesar de ello, yo estoy ya casi totalmente convencido, ante el peso y profundidad de sus argumentos. Repasemoslos:

Vamos a hablar de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Más conocida como los Mormones. Más conocida como los Yankees plastas esos que van trajeados (aunque esta última definición es claramente incorrecta. La mayoría son de Utah, así que no podemos decir que sean yankees plastas. Simplemente son gringos plastas).

Todo esto lo empezó un chavalillo que se llamaba Joseph Smith. El tal Joseph Smith, fustrado por tener el segundo nombre más común del mundo anglosajón, se preguntó por qué había tantos cristianismos, cual era el verdadero, si quizás serían todos falsos (mira, en esto estamos de acuerdo), y, sobretodo ¿por qué narices yo no puedo ser un profeta? ¿cómo es eso de que desde que vino Jesucrito ya no hay más? ¡habrase visto el melenudo presuntuoso ese!

Así que, según las propias palabras de Joseph Smith, durante una gran agitación religiosa que vivió Nueva york (en 1824), rezó tanto, tanto y tanto que Dios se apiadó de él y decidió aparecérsele… en 1820. Lo cual sin duda ya fue el primer milagro, pero no el último!

Pero sólo habló una vez con Dios, que las conferencias con el cielo son muy caras, y además el Todopoderoso está muy ocupado observando su gloria eterna y descojonándose de los mortales. Así que las siguientes entrevistas del jovencito Joseph Smith (pues sólo tenía 14 años cuando le habló Dios) las realizó con su intermediario, el angel Moroni. Este ángel fue el que propiciaría un nuevo e impactante milagro, le comunicó donde se encontraban unas planchas de oro con una nueva revelación recopilada en 421, la de los profetas de los indios (cuando los indios eran buenos).

Joseph Smith encontró las planchas y, gracias a unas piedras mágicas pudo traducir al inglés el que se conocería como el Libro de Mormón del original en egipcio reformado.

Tal vez, mi querido lector se preguntará que habrá sido de estas planchas que tan claramente, tras ser convenientemente estudiadas, servirían para demostrar no sólo la existencia de Dios sino que el mormonismo es la única religión verdadera ¿cómo si no iba a aparecer un texto en egipcio en la América del sV? Es normal que te lo preguntes, pero yo te digo ¡no te lo preguntes! que no. Punto. No y ya está. Se acabó. Ahhhh ¡magia! digooo ¡milagro!!!

El caso es que aparte de Joseph Smith y once de sus seguidores (de los cuales tres después dirían que todo es mentira) nadie ha podido ver esas planchas de oro antes de que el cabrón de Moroni se las llevara pa’l cielo. Que, oyes, vamos a dejar una cosa clara. Tienes que creer porque te lo dice tu corazón… si se tratara de demostrar que existe Dios, pues ya no tendría gracia ¿qué seríamos entonces? ¿científicos?

Las planchas de oro traducidas por Joseph Smith nos muestran nuevos milagros. Por ejemplo, no sólo aparecen citas del nuevo testamento tal y como se ordenó en fechas posteriores al 421, sino que las palabras coinciden, palabra por palabra, con la biblia inglesa que se solía utilizar en los tiempos de Smith ¡incluyendo las palabras en cursiva añadidas para facilitar su comprensión! ¿hay mayor demostración del poder divino?

¡Sí! ¡sí que la hay! la propia historia que nos cuenta el libro. Allí vemos como los judíos llegaron a Sudamérica en dos oleadas, resolviendo el enigma que había en tiempos de Smith sobre como se pobló el continente (y desmintiendo a todos esos cientificuchos que afirman que América fue poblada primero en el norte y desde Asia… sólo porque lo digan unas cuantas piedras ¿a caso van a saber unas piedras más que Dios? hombre ya)

Los primeros judíos llegaron a América poco después de la destrucción de la Torre de Babel, no sé como alcanzaron el continente, yo me inclino por la hipótesis de que un antepasado de Moisés fuera abriendo las aguas por el camino. Alimentándose de los peces que tuvieran la desdicha de quedarse en seco por el camino y bebiendo… hemmmm…. pues lo mismo que bebieran los judíos de Moisés 40 años por el desierto, yo qué sé.

La segunda oleada alcanzaría Sudamérica en barco,el 590 a d C, en un barco que debía ser muy grande para llevar tanta gente, y que fue arrastrado por fuertes vientos durante 344 días. Algún descreido dirá ¿344 días? ¡tan fuertes no serían los vientos! pero, vamos a ver ¿no decíamos que el barco debía ser muy grande? pues la vela sería pequeña, hombre, que hay que decírtelo todo.

Seis siglos después, hubo otra emigración, pero esta vez de un solo judío.  Jesucristo, después de resucitar, se dijo «¡voy a conocer la tierra de las oportunidades!» porque, seamos serios, ¿alguien piensa que si al hijo de Dios le diera por hacerse carne iba a desaprovechar la oportunidad de conocer los EEUU, aunque todavía no existan? Así que el bueno de Jesucristo se fue para América a decirle a los antiguos judíos, ahora indios, que tenían que hacerse cristianos y tal.

Los indios cristianos prosperaron y se efectuaron grandes milagros, siendo el más impactante de ellos su discreción. Hay que ser muy discretos para desarrollar una cultura y fundar 34 ciudades sin que haya quedado ni el más mínimo resto arqueológico de ellos. Desgraciadamente, llegó un momento en que se dividieron entre buenos y malos. Los malos (que, casualmente, resultaron tener la piel oscura) ganaron y aniquilaron a los buenos (que, cosas de la vida, eran blancos, rubios y de ojos azules).

El último de los buenos, resultó ser el tal Mormón que, por no escribir en hebreo que era muy aburrido, dijo «voy a escribirlo en egipcio reformado» que, ¡milagro! no conoceríamos de su existencia si no fuera gracias a los mormones. Es un idioma del que no existe ninguna otra referencia en ninguna parte.

El jovencito Smith se encontró con la intolerancia y la incomprensión ya desde su infancia. Al principio eran cosas como «mamá, ¡qué he visto a Dios!» [PAF] «Calla y acabate la sopa!». Pero con el tiempo, los demás cristianos decidieron demostrarle a la pequeña comunidad mormona su amor a base de embrearle y llenarle de plumas o, al final, asesinándole en un tumulto.

Ante tanta intolerancia, los mormones abandonaron el Atlántico y se internaron en lo más profunda de América, fundando Salt Lake City. Dando paso a su nueva demostración de lo que es el amor al prójimo ante los colonos que intentaban atravesar sus tierras y que se arrepentían de no haber escogido la senda donde estaban los indios. No está confirmado si efectivamente asesinaban a los que invadían sus tierras o si estos se suicidaban solitos al verles aparecer con el traje y el libro bajo el brazo.

El Libro de Mormón mola. Y nos cuenta cosas que molan. Por ejemplo, nos dice que no sólo un cualquiera como Joseph Smith puede ser profeta, sino que incluso alguien como Tú puedes serlo. Es más, por poder ¡puedes ser hasta Dios! a que mola ¿he? Hay por ahí millones de mundos vacios, esperando a que alguien como tú les diga «hágase la luz». Esto sin duda ya hace al mormonismo superior al catolicismo.

Pero es que, además, aunque ahora no lo practiquen por esas tonterías de las leyes federales y tal, los mormones defendían la poligamia (a favor del hombre sólo). Bueno, cabe la posibilidad de que mis lectoras no le vean la parte positiva de esto último, pero los varones seguro que sí. El mismo Jesucristo tuvo tres esposas para demostrarlo. (Lo cual nos indica que el hombre lo de caminar sobre las aguas y tal, lo dominaba bien, pero lo que hay que hacer para tener descendencia no tanto).

En todo el mundo hay millones de mormones, y esta es una de las religiones que más ha crecido durante las últimas décadas. Si es que, está claro. El que no cree, es porque no quiere.


Haití 1804: La primera República negra

27 septiembre 08

«Derrocadme, sólo se ha abatido en Santo Domingo el tronco

del árbol de la libertad de los negros; volverá a brotar

de sus raíces.»

Toussaint Louverture

Existe la extraña impresión de que los esclavos negros de América realizaron pocos intentos armados por vencer su situación, víctimas de una mansedumbre supuestamente propia de las razas africanas. Y sin embargo, las revueltas violentas de esclavos negros en América, desde Brasil hasta los EEUU, superan abundantemente el centenar. Algunas de ellas, en Venezuela y en Brasil, llegaron a controlar territorios que actuaban como estados y que, incluso, en alguna ocasión llegaron a ser reconocidos durante varios años por las autoridades coloniales.

Desarraigados de sus lugares de origen, los negros de Haití se vieron forzados a elaborar un sentimiento de comunidad utilizando, precisamente, la definición que les daban sus opresores, la negritud. Orgullosos de ser negros, empezaron a juntar lazos que les permitiera resistir eficazmente. Ante las multiplicidad de lenguas, adoptaron el francés que los blancos les habían obligado a aprender. Ante la música de los franceses, un popurrí de músicas de distintas tribus africanas. Ante el catolicismo, el vudú, una mezcla de religiones africanas.

Las autoridades coloniales, asentadas en una mentalidad profundamente racista, no eran capaces de comprender la amenaza que significaba este sentimiento de unidad entre sus esclavos. Se sabían arropados por su poderosa metropoli y la aplastante superioridad numérica de sus esclavos no les parecía un asunto preocupante.

Pero ¿qué pasó cuando la poderosa metrópoli tuvo que dejar de arroparles?

En 1789 estalla la Revolución Francesa, un suceso que sacudiría como un terremoto a toda Europa y a toda América. La Declaración de los Derechos del Hombre llenó de esperanzas a los esclavos… y de pánico a los esclavizadores. Los primeros comenzaron su presión para alcanzar sus derechos, los segundos iniciaron un movimiento cesecionista que les separara de París y sus peligrosas ideas.

Sin embargo, París apenas podía controlar sus propios arrables, y con problemas. La proclamación de los Derechos del Hombre tuvieron pocas repercusiones reales en un país que vivía sumergido en el caos. Mientras, en teoría, la esclavitud debía desaparecer, los barcos negreros franceses seguían trasportando personas secuestradas en África con rumbo a América… ¡Haciendo escala en Nantes y en Burdeos!, como antes de la Revolución.

Los gobiernos revolucionarios, apenas conseguían la obediencia de las provincias de la propia metropoli, no tenían medios de proyectar su autoridad sobre las lejanas colonias. Para ocultar su debilidad, apostaron por una política dilatoria, sin reafirmar ni prohibir la esclavitud, esperaban a ver lo que pasaba en Haití.

Y Haití era un polvorín apunto de estallar. Y estalló en agosto de 1791 con la revuelta del esclavo Boukman. Rápidamente, la revuelta se extendió por todo el país. La Asamblea Legislativa de París quería mantener las colonias tranquilas y decidió hacer una cesión proclamando la libertad de todos los mulatos, en un intento de unirlos a los blancos en la lucha contra los negros. Pero ya era tarde para las medias tintas. Sobretodo desde que el movimiento esclavo gozaba de la eficaz dirección de Toussaint Louverture, esclavo liberado hacía años que proclamaba la igualdad entre negros, mulatos y blancos.

En 1794, gobernando ya en París la Convención Nacional, se produjo por fin la tardía pero admirable identificación entre los revolucionarios y los esclavos rebeldes. Se proclamó el final de la esclavitud en todo el territorio de Francia y sus colonias, y Louverture fue ascendido al rango de general. Los ingleses, dentro de la lógica de las Guerras de Convención contra la Francia republicana, fomentaron los movimientos contrarevolucionarios de blancos y mulatos, que fracasaron estrepitosamente.

Pero… ¡poco dura la felicidad en casa del esclavo liberado! En Francia un tal general Bonaparte da un golpe de estado reaccionario y se dedica a reestablecer el Antiguo Régimen, al menos en lo que a la esclavitud se refiere. Louverture intenta resistir, pero Napoleón sí que controla toda Francia y una expedición militar enviada por él acabará apresándole y conduciéndole a la metrópoli, donde morirá.

Sin embargo, la restauración napoleónica durará menos en Haití todavía que en Europa. El 28 de septiembre de 1803 otro rebelde, Dessalines, proclamará la definitiva independencia de Haití. En 1805 Francia perderá en Trafalgar toda posible capacidad de respuesta marítima y , sin barcos, no podrá recuperar el control de Haití.

Después de derrotar a una potencia colonial, Francia, en 1822, los haitianos repiten la hazaña invadiendo Santo Domingo y liberándo la otra mitad de su isla de la esclavitud y del dominio español. Mientras tanto, el ejemplo de Haití sorprendía y esperanzaba a millones de personas oprimidas en toda América… mientras que alarmaba a miles de opresores.

Los ingleses, ante los amagos insurreccionales en Jamaica y Barbados, deciden adelantarse a los acontecimientos aboliendo la esclavitud. El ejemplo es seguido poco después en Guayana, en Surinam y en las colonias españolas y portuguesas.

Por el lado negativo, algunos negros triunfantes, decididos a vengarse de siglos de humillación, protagonizan algunas matanzas. Estas matanzas serán multiplicadas y exajeradas por los medios colonialistas (el número de personas blancas supuestamente asesinado en Haití es más del triple de la población original de la isla). Durante las décadas siguientes, el «terror» haitiano servirá para hablar sobre el supuesto salvajismo irracional de las razas africanas. Y el pánico a una revuelta «a la haitíana» será una de las principales bazas de los españoles y los portugueses en las guerras que lucharán por impedir las independencias latinoamericanas poco después.


Pues claro que fue genocidio!

7 septiembre 08

Hoy voy a contar una historia que sucedió en un país lejano hace unos años, y sin ninguna relación con esta España nuestra, paradigma de la Democracia, la Convivencia y el Buen Rollito Esencial.

El país del que estoy hablando se llama Argentina y volvió a la Democracia tras siete años de cruel dictadura (nada que ver con España, que tuvo que aguantar 30 años). La dictadura se produjo contra un gobierno democrático que cayó tras un golpe de estado militar apoyado por un país democrático como EEUU (al contrario que España, en la que el golpe fracasó y la población en armas resistió durante tres años contra el potencial de países como la Alemania Nazi o la Italia Fascista).

Tras la caída de la dictadura, un gobierno democrático argentino apoyó la «Ley de Punto de Final» que impedía la investigación de los crímenes cometidos por los dictadores y su aparato de represión (en España, sin embargo, los miembros del gobierno dictatorial se aprobaron una «Ley de Amnistía» antes de las primeras elecciones). Gracias a ello, los antiguos jefes de policia y los principales oficiales implicados en el golpe, mantuvieron sus puestos (pero, al contrario que en España, ningún antiguo ministro se convirtió en líder de ningún partido político de importancia ni los hijos de los ministros de la dictadura llegaron nunca a ser ministros de la democracia).

26 años de democracia tuvieron que esperar los argentinos antes de ver a los primeros criminales de la dictadura sentados en el banquillo (algunos países llevan esperando ya más de 30 años). Miguel Osvaldo Etchecolatz, que había sido comisario de policia de la provincia de Buenos Aires, fue condenado en un juicio que como mínimo podríamos calificar de «raro», incluyendo la desaparición de Jorge Julio López, un testigo clave que sufre el terrible record de ser la única persona argentina desaparecida dos veces (todavía no se sabe nada sobre él).

En el juicio «sólo» se pudo demostrar que Etchecolatz había cometido u ordenado seis homicidios, seis encarcelamientos ilegales y siete procesos de tortura de nada. Afortunadamente, esta mínima parte de sus crímenes fue suficiente para condenarle a cadena perpetua.

Naturalmente, el proceso no estuvo exento de polémica. Por si fuera poco con el secuestro de un testigo clave, se inició una poderosa campaña mediática por parte de la derecha que, básicamente, se basaba en afirmar que este juicio sólo serviría para «abrir viejas heridas» y para «desviar la atención de problemas más acuciantes»

Nada que ver con otros países como el nuestro, como podéis ver.

Por si fuera poco, el juez del caso, Carlos Rozanski, dijo que la condena no estaba a la altura del crimen cometido ya que, en interés de la «construcción de la memoria colectiva» habría que añadir que estos crímenes fueron cometidos «contra la Humanidad, en el contexto del genocidio que tuvo lugar en la República de Argentina entre 1976 y 1983».

Para Rozanski, el genocidio se define por el intento de asesinar a un colectivo, y no a una serie de personas individuales. Y para ello, aunque reconoció que la Convención de Naciones Unidas sobre el Genocidio lo define como un «intento de destruir, en todo o en parte, un grupo nacional, étnico, religioso o racial» también señaló que en su primer borrador se incluía también a los grupos «políticos» pero que estos fueron eliminados por la presión de la URSS ya que, entonces, las purgas estalinistas también deberían ser consideradas «delitos contra la humanidad» (tal y como, efectivamente, debieran ser consideradas).

También citó Rozanski una sentencia de un tribunal español contra un torturador argentino y es que, en España (y a diferencia de Argentina), el código civil considera delito contra la humanidad la persecución de personas «por razón de la pertenencia de la víctima a un grupo colectivo perseguido por MOTIVOS POLÍTICOS, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género[…]»

En estas circunstancias, y teniendo en cuenta que la cifra de desaparecidos, torturados y asesinados en España debió ser muy superior a la argentina. Y que la gran mayoría de estos crímenes se cometieron por motivos políticos (rojos, nacionalistas), religiosos (ateos) o de identidad sexual (homosexuales, lesbianas). No me queda más que preguntarme, dadas las grandes diferencias entre España y Argentina… ¿Cómo puede hacer uno para nacionalizarse argentino?


La viruela y el Nuevo Mundo

28 julio 08

No se puede decir que las enfermedades infecciosas fueran desconocidas por los indígenas americanos antes de 1492, en particular tenían el disgusto de conocer la tuberculosis. Pero nunca habían estado espuestos a toda la pléyade de enfermedades que llevaban milenios afectando a europeos, africanos y asiático. Hanlo del sarampión, la peste, el cólera, la fiebre tifoidea, la difteria, la malaria, la escarlatina, la fiebre amarilla y, sobretodo, la viruela.

Claro, también hubo otras enfermedades propiamente americanas que afectaron a los invasores, como la sífilis, pero por las propias características de estas enfermedades, no fueron tan mortíferas.

Los contactos entre poblaciones lejanas suelen conllevar expansión de enfermedades para las que los nuevos grupos de población no tienen las defensas apropiadas. La viruela por su parte, es probablemente la enfermedad más mortífera a la que se ha enfrentado la humanidad, no en vano siempre se ha dicho que las guerras biológicas en el futuro se realizarían con mutaciones de esta enfermedad. Europa padeció grandes epidemias de viruela al menos desde el sV a de C.

Era de esperar que la llegada a América de la viruela, a bordo de los primeros europeos, desencadenara una pandemia sin precedentes.

CARIBE Y MÉXICO

De hecho, la primera epidemia de viruela es casi inmediata. Ya las islas del Caribe se vieron afectadas por la enfermedad, sin bien es dificil calcular cuantas personas murieron a causa de la viruela y cuantas por la desnutrición y los malos tratos.

Era 30 de junio de1520, una espedición de conquistadores españoles mandada por Hernán Cortés, se había visto obligada a retirarse luchando de Tenochtitlan, con grandes bajas. La expedición europea se encontraba desmoralizada, diezmada y aislada del resto de posesiones españolas en el Caribe, creo que generalmente no se tienen en cuenta lo realmente cerca que estuvieron de ser aniquilados.

Sin embargo, la respuesta de los aztecas fue lenta y caótica, dándole a los invasores el tiempo que necesitaban para reorganizarse. En parte, esto se debe a la mentalidad azteca, menos agresiva que la europea. Pero parte de culpa la tuvo también la epidemia de viruela que automáticamente se desencadenó sobre la capital del Imperio. Se calcula que en unos pocos meses, el 25% de los aztecas murieron a causa de la epidemia, la mayoría de ellos soldados (que, por motivos obvios, habían mantenido un contacto «más estrecho» con los invasores).

Indígena mexicano infectado de viruela,

ilustración de la época

Una de las características de la viruela es la de que, aquellos que sobreviven, suelen quedar debilitados de por vida. No sabemos el porcentaje de soldados debilitados por la viruela tuvieron que enfrentarse en las posteriores campañas contra los españoles, pero es probable que fuera elevado. No debemos menospreciar tampoco el factor moral, al fin y al cabo, muchos aztecas ya consideraban que los invasores eran en realidad dioses y la propagación de una epidemia tan atroz tras haberles infrigido su más severa derrota, sin duda debió ser tenido en cuenta.

LOS ANDES

La instalación de los españoles en las Antillas primero y en México después, así como sus expediciones exploratorias (y a la captura de esclavos) por toda la costa del Caribe servirá para provocar la expansión de la epidemia que, desde ese momento, siempre llegará antes que los conquistadores. Así, sabemos que una epidemia de viruela se extendió por la actual Colombia a finales de la década de 1520, desde allí alcanzó lo que hoy es Venezuela y el Imperio Inca donde, junto a la guerra civil que se estaba produciendo, en un par de años, podría haber matado a cerca de la mitad de la población. El terror que creo la viruela puede verse reflejado en algunas obras de cerámica de la época.

Niño infectado de viruela

ilustración de la época

NORTEAMÉRICA

Los españoles exploraron la costa de norteamérica, incluso por unos pocos años intentaron establecer una colonia en el lugar que hoy conocemos como Virginia. Sin embargo, las primeras epidemias de viruela en la región que conocemos están relacionadas con los colonos ingleses y franceses. Así, por ejemplo, los hurones podrían haber perdido la mitad de sus efectivos entre 1634 y 1640. Los iroqueses aprovecharon entonces su debilidad para borrar al pueblo hurón de la historia (salvo dos pequeños grupos que emigraron a Quebeq y a Oklahoma)… y después sufrieron a su vez los efectos de la enfermedad.

Son numerosos los testimonios sobre aldeas enteras destruidas por la viruela. Las epidemias se sucederían unas a otras y la enfermedad se volvería endémica apartir del sXVIII. Durante la guerra de independencia de los EEUU, Peter Kalm estimaría en 125.000 las personas muertas en un solo año, y hablaría de aldeas abandonadas donde los pocos supervivientes, debilitados por la enferemdad, debían huir en pleno invierno para al final ser devorados por los lobos. O de supervivientes que habían perdido a toda su familia y que, desfigurados por la enfermedad, decidían acabar con su vida.

Apartir de 1780, por lo menos, la enfermedad también era endémica de las grandes llanuras del interior de Norteamerica. Entre los indios mandan se dio el primer brote el 14 de julio de 1837, en agosto del mismo año, prácticamente los indios mandan habían dejado de existir. George Clating nos describe la muerte del jefe Four Bears:

«Este hombre de calidad estaba sentado en su wigwan, y veía a todos los miembros de su familia, a sus mujeres y a sus hijos pequeños, muertos a su alrededor… Cubrió los cadáveres con telas, luego salió y fue a sentarse en una colina […] decidido a dejarse morir. Al sexto día tuvo todavía suficientes fuerzas para volver a su tienda, echarse junto a los cadáveres, cubrirse con la manta y esperar la muerte, que le llegó al noveno día de su ayuno.»

Serían de los últimos grandes afectados. En 1832 el gobierno de los EEUU emprendió un programa de vacunación masiva y, apartir de ahí las epidemias serían progresivamente menos mortíferas.

RESPONSABILIDAD DE LOS EUROPEOS

Tradicionalmente, se ha disculpado a los europeos de estas tragedias ya que se ha considerado que estos no podían saber las consecuencias que su contacto tendría sobre los indígenas. Pero esto no es del todo cierto.

Por una parte, las grandes epidemias de la historia (y las de viruela en América no son una excepción) han tenido cierta tendencia a producirse en épocas de hambre. La enfermedad está ahí, agazapada, matando a unas pocas personas al año, pero sólo cuando se produce la hambruna es cuando la enfermedad de pronto empieza a crecer y se convierte en epidemia.

Y es innegable que la presencia de los europeos tuvo mucho que ver en el hecho de que las poblaciones amerindias sufrieran los efectos del hambre.

Por otra parte, no debemos olvidar el hecho de que los europeos generalmente se alegraban cada vez que surgía una epidemia, y de hecho las consideraban enviada por Dios. Algunas veces, incluso, se dio un paso más allá:

El general británico Amherstm, en Fort Pitt (en la actual Pennsylvania) ordenó en 1763 «propagar la viruela entre esa chusma», a lo cual su subordinado. el coronel Henry Bouquet, respondió que ya lo había hecho por el procedimiento de regalarles o venderles mantas contaminadas. El método «de las mantas contaminadas» pudo ser un proceso bastante común, a juzgar por lo que nos cuentan las fuentes.

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La pista de las lágrimas o el exterminio de los cherokees

22 julio 08

El cine ha inmortalizado las luchas entre los estadounidenses y los indios del Far West. Con la única excepción de El último mohicano, el gran público no suele tener ninguna referencia sobre los indios que vivían al este del Missippi a la llegada de los primeros europeos. En mi afán, casi enfermizo, por buscar los grandes olvidados de la historia, hoy he querido hacer un comentario sobre uno de los momentos más trágicos de su historia.

La conquista del Oeste se realizó según un plan fijado de exterminio en el que una gran masa de colonos europeos desplazó físicamente a los indígenas en un plazo muy breve. Sin embargo, la historia fue muy distinta en el este. Los primeros colonos que llegaron a la costa americana eran muy poco numerosos y se encontraban, de hecho, a merced de la buena voluntad de los indígenas. Cuenta la leyenda, por ejemplo, que los primeros colonos ingleses en lo que hoy llamamos Virginia, habrían muerto en su primer año tras malograrse sus cosechas europeas (poco aptas para el nuevo clima) si no fuera por los pavos que les regalaron los cherokees. Hoy en día, todos los años, los estadounidenses celebran todos los años el Día de acción de gracias, en conmemoración de aquellos hechos.

Los europeos entablaron unas relaciones con los indígenas que, durante los primeros siglos, fueron fructíferas para ambas partes. Así, las distintas tribus del este norteamericano acaban interviniendo en las luchas entre las tres potencias europeas de la región (Francia, Inglaterra y España). De hecho, todas las grandes guerras de la época, tendrán su contrapartida americana (la Liga de Augsburgo, la Guerra de Sucesión de España, la Guerra de Sucesión de Austria, la Guerra de los Siete Años, la guerra de Independencia de EEUU, la guerra de 1812 entre EEUU e Inglaterra…) Hasta el punto de que algunas tribus acabaron siendo aliados en toda regla de naciones europeas (los abnaki y mohawks con los franceses, los chickasaws y cherokees con los ingleses…)

El resultado de tanta guerra y tanta convivencia es el de la formación de las que fueron llamadas, las Five Civilized Tribes entre las que destacaban los cherokees (junto a chickasaw, choctaw, creek y semínola) indios que conocían las costumbres europeas e, incluso, eran capaces de utilizarlas a su favor.

Sin embargo, la presión demografica del «hombre blanco» era cada vez más agobiante y los cherokees fueron empujados cada vez más lejos, hasta Arkansas. Cuando el presidente Jackson decide formar el llamado Territorio Indio en lo que hoy llamamos Oklahoma, surje la resistencia.

Era Oklahoma un vasto desierto repleto de tribus violentas a donde deberían ser deportadas millones de personas acostumbradas a otro clima y otros medios de vida que no podrían utilizar en el desierto. Y aunque algunos cherokees decidieron aceptar la marcha, otros se quedaron en arkansas. Pero, sabiendo que la resistencia militar como la que practicaban los semínolas (1818-1858 ) estaba condenada al fracaso, recurrieron a una resistencia pacíficamente. De hecho, consiguieron llevar el caso al Tribunal Supremo y… ganarlo.

De nada les sirvió, entre 1831 y 1834 debieron emprender la llamada Pista de las lágrimas hacia su nuevo hogar. Más de la mitad de los que salieron morirían por el camino. Los cherokees tendrían que esperar hasta 1941 para poder elegir un jefe que fuera aceptado por el gobierno estadounidense.

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Haití 1943, el inicio del genocidio


Haití 1493, el inicio del genocidio.

20 julio 08

A finales de 1493, Cristobal Colón llegó a «La Española» en lo que sería su segundo viaje hacia el Caribe. Al contrario del primero, esta vez no venía a explorar, sino a ocupar. El almirante mandaba una expedición con diecisiete navíos que trasportaban entre 1.200 y 1.500 soldados. Los españoles habían llegado para quedarse.

Una sorpresa aguardaba al almirante sin embargo, y es que la guarnición de 39 hombres que había dejado en su anterior viaje había sido aniquilada. Parece ser que el asesinato de algunos indios y la violación de muchas más indias habían obligado a reaccionar a los nativos. Colón aprendió rápido la lección y escribió: «Por muy fuertes razones que hayan dado a los indios para hacer lo que han hecho, nunca éstos habrían osado emprender algo que los dañase si los hubieran visto bien guardados.» El trato con los indígenas no debería basarse en la justicia, sino en la fuerza. Eran los primeros días del colonialismo en América (Portugal lo había iniciado un siglo antes en África). Durante los siguientes siglos la filosofía de la fuerza sería la que permitiría a los europeos dominar el planeta entero.

A la vez que Cristobal Colón está elaborando los principios básicos que permitirán el colonialismo mediante la fuerza, en la metrópoli se estaban elaborando las convenientes excusas ideológicas. Los españoles fueron al Caribe para cristianizar y civilizar a aquellas pobres almas… Anticipándose a la teoría sobre «la carga del hombre blanco» que, pobrecito él, se ve obligado a hacer esfuerzos sobrehumanos para mostrar la luz a los ciegos indígenas de todo el globo.

Con la biblia en una mano y la pólvora en la otra, los hombres que llegaron con Colón pusieron a los indígenas de Haití a trabajar duramente para alimentarles y para conseguir oro. Oficialmente, los indios eran súbditos de la corona, a la práctica recibieron un trato de esclavos. En su primer viaje, Colón había descrito a los habitantes de La Española como pacíficos y acojedores… después de mostrarles claramente cual era la verdadera intención de los españoles, empezaría a decir de ellos que eran pérfidos y traicioneros.

En verano de 1494 toda la isla está en guerra contra los invasores.

Cristobal Colón dirige la guerra utilizando todo tipo de bajezas destinadas a sembrar el terror, incluyendo el uso masivo de perros mastines entrenados para atacar a los humanos. En marzo de 1495 los indios son aplastados en la batalla de la Vega Real. Algunos defensores se refugian en las montañas, pero acaban siendo exterminados o rendidos por el hambre.

Los supervivientes son definitivamente esclavizados, mal alimentados y amenazados por enfermedades nuevas para ellos como la viruela. Por su parte, la llegada de más colonos castellanos no hará otra cosa más que agravar su situación (originalmente Cristobal Colón esperaba traer de Europa obreros y agricultores, pero se encontró con que al llegar al Nuevo Mundo nadie quería trabajar sino que preferían capturar indígenas que realizaran el trabajo por ellos).

Las cifras hablan por sí solas, se estima que Haití estaba poblada por 1.100.000 indígenas en 1492. El censo de 1507 habla de 60.000 personas y el realizado en 1.520 poco más de 1.000. Hoy no queda ninguno.

Lo sucedido en Haití no fue más que el prólogo de lo que después sufrirían las poblaciones de Puerto Rico, Cuba y el resto del Caribe. Un crimen contra la humanidad (otro más) que no es recordado en los libros de texto ni por el que existe, que yo sepa, ningún museo que sirva de recordatorio.

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