Los periódicos de la Guerra Civil

20 enero 07

En época de salida de coleccionables y en un país obsesionado por su último gran conflicto, no debe extrañarnos el inicio de uno sobre la Guerra Civil Española, esta vez sobre sus diarios.

Se trata de una colección semanal que en 52 entregas reproducirá artículos de varios periódicos de importancia durante estos terribles años. A mi me parece interesante, y de hecho seguramente lo coleccione, pero no me ha gustado nada la publicidad que se ha hecho sobre el asunto. Soy consciente que la publicidad siempre pretende exajerar y ensalzar las virtudes del producto a vender, pero creo que hay algo más en este caso concreto.

Los periódicos, en general y especialmente en las guerras, se encuentran muy politizados. Los de la Guerra Civil en particular estaban politizados hasta los mayores límites imaginables. Los libros de historia, especialmente cuando ha pasado tanto tiempo, serán siempre más neutrales y más próximos a la verdad. Al fin y al cabo, los intereses políticos si bien no han dejado de existir, se ven atenuados. Creo que no es una sorpresa para nadie esta afirmación, y que, de hecho, es de cajón. Entonces ¿por qué insistir en que conoceremos «los hechos tal cual fueron»? ¿tan desprestigiada está la historiografía sobre la Guerra Civil?

Durante los últimos años hemos visto la aparición en el mercado de «novedosas» visiones de la Guerra Civil que en realidad se limitaban a recoger la propaganda del bando ganador y darles una credibilidad ciega. Estos historiadores, encabezados por el señor Pío Moa, fueron vilipendiados y duramente criticados por todo el mundillo académico, tanto español como extranjero. Los motivos son evidentes.

Sin embargo, aunque carezcan de apoyo académico, estos señores gozan de un gran apoyo mediático que ha pretendido difundir la idea de que millares de historiadores que llevan toda su vida estudiando el tema son falsos y mentirosos, mientras que estos recién llegados vienen con la panacea universal.

El resultado entre el gran público ha sido de confusión, de no saber a quien creer. Es en este contexto que se entiende una obra que pretende mostrar a los españoles la realidad de la Guerra Civil proporcionándole el acceso directo a las fuentes. Saltándose la intermediación de los historiadores que han sido mostrados como falsos y mentirosos.

Y sin embargo, no es una vía válida. Decía el otro día que las fuentes deben ser leídas con un espíritu crítico. Un espíritu crítico con el que la mayoría de la gente no está familiarizado. La neutralidad no se consigue mostrando textos manipulados por ambos bandos, sobretodo porque la manipulación puede ir en el mismo sentido.

Un ejemplo sencillo será el de las masacres. Los periódicos del bando faccioso estaban interesados en magnificar (o incluso inventar) las atrocidades rivales, desesperados como estaban por conseguir hacer olvidar en el extranjero la ilegalidad de su movimiento.

Los periódicos del bando republicano, tras el entusiasmo inicial, se mostraron reacios a mostrar las barbaridades del enemigo por miedo a que la moral decayera en una guerra que se estaba perdiendo. La conclusión que puede llegale a un ojo inexperto es la de que ambos bandos realizaron acciones equivalentes, siendo uno de ellos especialmente sanginario con respecto al otro.

Puestos a mostrar periódicos que mostraran los hechos, habría sido mejor incluir periódicos extranjeros. Especialmente en Gran Bretaña y en Francia se produjeron artículos mucho más interesantes, tanto mostrando una postura neutral como apoyando a uno u otro bando.

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