Caballería polaca contra panzers alemanes

26 julio 08

Caballería polaca

1 de septiembre de 1939. Un acorazado alemán bombardea, sin previo aviso, una guarnición polaca cercana a Danzig. Pocas horas después, la impresionante marea humana y material que entonces era el ejército alemán cruza la frontera. El 3 de septiembre el Reino Unido y la República Francesa le declaran la guerra a Alemania. Ha comenzado la II Guerra Mundial.

La superioridad alemana con respecto a sus enemigos polacos era simplemente aplastante. Alemania gastó en su ejército 24.000 millones de dólares (de la época) entre 1934 y 1936. En el mismo periodo los polacos habían dedicado 760 millones. Sólo en infantería, Alemania lanzó contra Polonia 37 divisiones frente a las 23 que pudieron oponer los polacos. Por si fuera poco, las divisiones alemanas estaban completas y equipadas con armamento y (sobretodo) medios de transporte modernos, mientras que las polacas habían sido formadas apresuradamente y pocas de ellas estaban completas. Alemania contaba con 5.805 cañones de campaña contra 2.065, 2.511 tanques contra 615, etc.

La estrategia polaca consistía en resistir. Para ello lo mejor habría sido un repliegue táctico hasta la zona central del país, donde los pantanos, los bosques y las malas comunicaciones facilitarían la defensa. Pero esta estrategia corría el riesgo de que los alemanes ocuparan con facilidad la mitad del territorio polaco (la mitad más poblada y más rica) y los franceses e ingleses no hicieran nada, como había sucedido con los Sudetes.

Así que los polacos estaban dispuestos a resistir lo más al oeste posible, mientras esperaban una ofensiva francesa en el Rin que obligara a los alemanes a aflojar su presión sobre Polonia.

Los alemanes por el contrario se basaban en la hipótesis de que Francia no entraría en guerra a causa de Polonia, Hitler estaba convencido de ello. Así que cometieron la temeridad de volcar hacia el este prácticamente todo su ejército. Si Francia hubiera realizdo una ofensiva entonces, poco habría podido oponer Alemania y la II Guerra Mundial hubiera durado un mes en vez de seis años. Pero Francia tenía otra mentalidad.

Ante la inmensa desproporción de medios, al ejército polaco sólo le quedó recurrir al heroísmo, pero el valor sin medios sirve de poco, especialmente ante unas tácticas novedosas que sorprendieron no sólo a los polacos, sino al mundo entero. En tan sólo un mes, todo el país había sido ocupado. Un último intento polaco de replegar su ejército hacia Hungría, para viajar luego hasta Francia y seguir la guerra desde allí, fue imposibilitado por la invasión soviética. Entonces aliados con los nazis, aprovecharon la coyuntura para ampliar sus propias fronteras.

Encuentro entre oficiales alemanes y soviéticos en Polonia

Posiblemente, la imagen que más poderosamente nos ha quedado de esta guerra ha sido la de los lanceros polacos cargando contra tanques alemanes, inmortalizada en documentales y películas y reflejada en infinidad de libros sobre el conflicto. Todo un símbolo de la desesperación de unas gentes valientes, pero impotentes ante una tecnología infinitamente superior.

Es indiferente que, en realidad, tal carga nunca haya existido. Los numerosos enfrentamientos entre caballería polaca y panzers alemanes se producían con los soldados polacos luchando a pie, como infantería, y utilizando sólo la caballería para desplazarse rápidamente a otros lugares del frente. Es indiferente que, lejos de actuar de un modo suicida, la caballería de élite polaca fueran los que más problemas dieran a los alemanes en su avance. En el fondo, la gente nos movemos por símbolos. Y esa imagen de las lanzas contra los tanques es una imagen muy poderosa sobre un pueblo que fue abandonado a sus propios medios cuando se vieron atacados por la tiranía y la sinrazón.

Artillería antitanque de la caballería polaca

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