Cuando el Kaiser invitó a Lenin a atravesar Alemania

Mucha sabiduría hay en aquello de que la política crea extraños compañeros de cama. En cualquier caso, pocas veces han existido compañeros de cama tan extraños como el Kaiser, representante de la más rancia aristocracia europea y… ¿Lenin?, ¿el revolucionario que convulsionaría a Europa creando el primer gobierno obrero?

Fue necesaria una guerra mundial y la mutua necesidad de destruir al zarismo para que ambos pudieran entenderse. Y parece que, mal que bien, lo hicieron. Aunque el kaiser se cuidó muy mucho de evitar toda posible contaminación que Lenin pudiera inocular sobre el pueblo alemán.

Vladimir Illich Uliano, más conocido como Lenin, era considerado tan peligroso como un ejército entero. Así lo definió el kaiser y los servicios de inteligencia zaristas debían estar de acuerdo, ya que habían intentado eliminarlo en varias ocasiones. Huyendo por su propia vida, encontramos en 1917 a Lenin exhiliado en Suiza.

Aquel 1917 fue un año sumamente activo en Europa. La I Guerra Mundial había alcanzado su terrible apogeo. Alemania empezaba dar muestras de agotamiento, y para compensarlos el gobierno del kaiser dio orden de lanzar la llamada «guerra submarina total» en un poderoso esfuerzo por asfixiar a Inglaterra. Como respuesta previsible, los EEUU le declararía la guerra a Alemania y sus aliados. Los alemanes necesitaban urgentemente una gran campaña victoriosa que doblegara a Francia antes de que llegara la ayuda norteamericana. Sin embargo, tras las batallas de Verdun y del río Somme del año anterior, Alemania había perdido más de un millón de soldados y no tenía fuerzas suficientes como para volver a lanzarse al ataque… A no ser que las retirara del este.

En el Este el poderoso gigante ruso había sido en gran medida aplastado, pero no dominado. Defendido por sus anchas estepas, el ejército del zar podía todavía plantear resistencia durante muchos años, absorviendo la atención de fuerzas que Alemania necesitaba con urgencia para el frente occidental. Alemania necesitaba la rendición de Rusia, pero no podría conseguirla en un plazo breve… militarmente.

El zarismo agonizaba. Nicolás II era un político torpe y profundamente impopular, especialmente tras la sangrienta represión de las huelgas de 1905. El 23 de febrero de 1917 se había iniciado una huelga antizarista que apartir del día 27 contaba con el apoyo del ejército. En poco tiempo, los burgueses de la Duma consiguieron hacerse con la situación y obligan al zar a abdicar el 15 de marzo. Rusia se convierte en una república, y anuncia que continuará la guerra contra Alemania. Siendo tal guerra el principal motivo de sublevación, la Revolución no había terminado.

Mientras, Lenin, encerrado en las montañas de Zurich, sabía que era el momento y se sentía impaciente por poder actuar. Cuatro días tras la abdicación del Zar escribe a un compañero «Estoy considerando cuidadosament, desde todos los puntos de vista, cuál sería la mejor manera de hacer este viaje. Por favor, procúrese a nombre suyo los papeles necesarios para cruzar Francia y entrar en Inglaterra. Yo los utilizaré para pasar vía Inglaterra y Holanda, camino de Rusia. Puedo llevar una peluca.» pero, en un momento en el que los submarinos alemanes del Mar del Norte están hundiendo cerca de 170.000 toneladas al mes, tal viaje era muy peligroso.

Lenin era vital para la revolución, sin él los bolcheviques carecerían de la capacidad de organización necesaria y probablemente serían derrotados por los burgueses o por los zaristas. Lenin lo sabía, y se desesperaba.

Alemania sabía que Lenin era muy capaz de acabar con la Duma, pero para afianzar su régimen necesitaría de cierta estabilidad. Necesitaría la paz. Un gobierno en manos de Lenin era mucho más proclive a rendirse ante Alemania que ningún otro. En tiempos de guerra, los prejuicios deben ser dejados de lado, y al final el régimen del Kaiser entró en contacto con Lenin para proponerle un salvoconducto hasta Rusia.

Lenin fue sorprendido por la oferta, pero su habil olfato político le hizo comprender en seguida la importancia de la oportunidad que se le presentaba. Contó con la inicial oposición de sus compañeros de Zurich, que temían ser vistos como colaboradores del kaiser (suponiendo que no fuera una trampa). Lenin les diría «Cuando la revolución está en peligro no podemos caer en tontos prejuicios burgueses .Si los capitalistas alemanes son tan cándidos como para llevarnos a Rusia allá ellos. Por mi parte, acepto el ofrecimiento. ¡Iré!». Y todos sus compañeros aceptaron acompañarle.

El 9 de abril 32 revolucionarios rusos tomarían un tren en Zurich. Se trata de un tren precintado del cual no podrán ni salir ni tan si quiera mirar por una ventana hasta que no abandonen suelo alemán. Los alemanes temen demasiado a aquel hombre «tan peligroso como todo un ejército» como para permitirse ningún desliz.

El tren entró en Alemania por Mannheim, de ahí se dirigió a Francfort, Berlín y por último Salssnitz. Allí un barco les trasladó hasta Malmoe (Suecia). Lenin acabaría traspasando la frontera rusa en Finlandia por medio de trineos y llegaría en tren hasta Petrogado (San Petesburgo).

La noticia de que Lenin estaba en San Petesburgo se extendió como un terremoto por toda la geografía rusa. No fue necesaria más que su mera presencia para recuperar su autoridad sobre los socialistas radicales. El movimiento bolchevique, indeciso, caótico y confuso se convirtió en poco tiempo en una engrasada maquinaria capaz de conquistar en siete meses el control del estado más grande de Europa.

Chuchill diría posteriormente que el Estado Mayor alemán había dejado caer a Lenin en Petrogrado «como si se tratara del bacilo de la peste».

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10 Responses to Cuando el Kaiser invitó a Lenin a atravesar Alemania

  1. Lanarch dice:

    Tío, ¡últimamente estás desatado!

    Mola 😀

  2. trimegisto dice:

    que historia mas grande tio! 🙂

    Que buena buena buena.. 😛

    Para que luego digas del poder de los individuos :jajaja

  3. Ana dice:

    Es magnìfico entrar en tu blog y enterarse de asuntos desconocidos, o tener más información sobre algo que ya se sabia. No vayás a dejarlo.

  4. tiberio dice:

    Se me olvidó comentar lo de la barba! 😀

    Seguro que a muchos os sonará una fotografía muy famosa de Lenin en el tren de Petrogrado, yo creo que es la foto más famosa de él.

    Bueno, pues resulta que es falsa :P. Para poder entrar en el pais con menos posibilidades de ser ejecutado en la frontera, Lenin se afeitó la barba. Pero, avergonzado ante tal traición a la barbocracia se negó a sacarse ninguna foto hasta que volviera a crecerle, por lo que la famosa fotografía en realidad se tomó bastante después.

  5. Urox dice:

    Ja, eso me recuerda a las fotografias retocadas de Stalin, la mas famosa es la del paseito al lado del rio moskova, en la que primero elimino a un tipo y luego volvia a retocarla para quitar a otro, al ritmo de las purgas.

  6. tiberio dice:

    El tema de las falsificaciones fotográficas soviéticas merece todo un artículo aparte 🙂

    Gran parte de la manipulación fotográfica la inventaron ellos 😀

  7. Lizeth dice:

    hay que ver lo importante que puede llegar a ser una persona en cualquier territorio hasta el púnto de llegar a intimidar a grandes lideres politicos con el solo hecho de mensionar su nombre ojala existiera una persona capaz de asustar a los presidentes corruptos de todo el mundo…….

  8. Ismae dice:

    podrías darme las referencias y/o fuentes de las citas de Lenin, te lo agradecería sobre manera.

    Saludos

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